Antroxu es como llamamos en Asturias al Carnaval. Esta palabra viene del castellano “Antruejo”, y a su vez del latín “Introitus” que significa entrada, precisamente porque va antes de la Cuaresma, después del Miércoles de Ceniza.
Esta celebración empieza un jueves, conocido en muchos sitios como jueves lardero y en Asturias es el Jueves de Comadres, para acabar justo el martes antes de la Cuaresma. Seguro que conocéis el “Miércoles de Ceniza”, esta fecha marca el inicio y fin y son justo 40 días antes de Semana Santa, con lo cual no es una fecha exacta ya que depende de cuando cae el Miércoles de Ceniza y con ello el día antes nos toca enterrar la Sardina.
Los orígenes son supuestamente romanos, se dice que por las Saturnales y Lupercales romanas, fiestas en honor al dios del vino, Baco, -seguro que os suena más bacanal- y digo lo de se comenta porque no tenemos datos de antes del 1200, con lo cual son solo especulaciones de orígenes, pero lo que sí tenemos claro es que estas celebraciones son muy parecidas a algunas de la época del “Imperium Rōmānum”.
El Descenso Internacional y Fluvial de la Calle de Galiana es sin duda uno de los carnavales más diferentes no solo de España sino también a nivel internacional.
Como bien sabemos hay muchos carnavales famosos a lo largo del mundo, como los de Río de Janeiro, Venecia y el descenso de Galiana en Avilés, -je, je, lo siento, barro para casa-. Y es que las cosas como son, hay ciertos elementos que tenemos en común -las máscaras, los desfiles, los bailes-, pero El Descenso Internacional y Fluvial de la Calle de Galiana es sin duda uno de los carnavales más diferentes no solo de España sino también a nivel internacional. Se trata como bien sabéis de hacer unas embarcaciones que se deslizan por la calle Galiana en un mar de espuma, mientras desde las casas tiran calderos de agua y… ¡acabamos todos pingando! Asisten un montón de personas, todas ellas disfrazadas; en Avilés y en Gijón al Carnaval se va disfrazado y a pasarlo bien ¡nada de andar con chándal y amargao!
Estos somos mi hermano y yo de guajes en un desfile de Galiana por los 90.
Como buena fiesta hay que celebrarlo por todo lo alto y en Asturias eso se nos da de lujo, somos unos verdaderos especialistas en el mundo de la gastronomía festiva. Como comentábamos antes, Carnaval es una época de desenfreno antes de los 40 días de restricciones de cuaresma por eso predominan platos contundentes de matanza de cerdo, cocidos completos y sobre todo los dulces.
La lista de comida tradicional por estas fechas no tiene parangón, pote de berces, tortos con picadillo, casadielles, frixuelos, rosquillas, picatostas (torrijas), tortilla de sardinas salonas (de la cual hablaremos en otro artículo más adelante ya que es típico de Comadres), bollinas de crema (teresitas), arroz con leche… y seguro que alguno por ahí se me ha escapado entre los dedos…
Bueno pues de las muchas recetas que podríamos poner en este artículo me he decantado por la que es mi preferida, si es que puedo decidirme por una, (que a veces dudo) pero bueno, me la enseñó mi güela Hilda y son muy tradicionales en mi casa, con lo cual hoy… os dejo la receta de Rosquillas de mi abuela Hilda de dos maneras, tradicional y con robot de cocina. Además, la receta de las casadiellas os la he subido ya en el artículo de les cebolles rellenes.
Rosquillas de anís de mi abuela Hilda
Ingredientes:
200 ml de huevos (un vaso)
200 ml de aceite (un vaso)
200 ml de azúcar (un vaso)
1 chorro de anís (al gusto)
1 cdta de azúcar avainillado
1 pellizco de sal
1/2 sobre de levadura química
Harina (la que nos lleve)
Aceite (para freír)
Raspa de limón (para freír)
Elaboración con Robot de cocina:
Con las cuchillas y la mariposa en el robot emulsionamos 5 minutos a velocidad progresiva del 1 al 3 el azúcar, con los huevos, el aceite, el azúcar avainillado, el pellizco de sal y el chorro de anís.
Cuando esté bien ligado retiramos todo de la jarra a un bol para hacer el cambio de cuchilla y mariposa a mambomix, y volvemos a añadir los ingredientes anteriores para incorporar la levadura y la mitad de la harina; esta vez programamos nuestro robot a velocidad 3 durante 2 minutos. Una vez pasado ese tiempo incorporamos el resto de la harina y programamos 3 minutos a velocidad 3. Si nos fijamos bien, la mambomix ha hecho una bola perfecta de masa. La sacamos a un bol, la tapamos con un paño de cocina y la dejamos reposar una hora.
Es el momento de hacer nuestras rosquillas, así que vamos cogiendo pequeñas porciones de masa y hacemos pequeños aros. Siempre es importante trabajar en una superficie limpia y en este caso no hace falta espolvorear harina sobre ella, como cuando trabajamos con otras masas.
Mientras hacemos nuestras rosquillas es importante desahumar el aceite, para ello en una sartén profunda lo calentamos junto con la raspa de limón. Una vez desahumado el aceite, retiramos el limón y freímos las rosquillas.
Podemos espolvorear con azúcar glas o normal.
Elaboración a mano como hemos hecho siempre:
En un bol grande echamos el azúcar, con los huevos, el aceite, el azúcar avainillado, el pellizco de sal y el chorro de anís y con ayuda de una varilla mezclamos hasta que esté homogéneo.
Ahora toca incorporar la levadura y la mitad de la harina, amasamos y cuando esté todo integrado añadimos el resto de la harina y amasamos hasta tener una bola perfecta, es el momento de taparla con un paño de cocina, dejándola reposar una hora.
Es el momento de hacer nuestras rosquillas, así que vamos cogiendo pequeñas porciones de masa y hacemos pequeños aros. Siempre es importante trabajar en una superficie limpia y en este caso no hace falta espolvorear harina sobre ella, como cuando trabajamos con otras masas.
Mientras hacemos nuestras rosquillas es importante desahumar el aceite, para ello en una sartén profunda lo calentamos junto con la raspa de limón.
Una vez desahumado el aceite, retiramos el limón y freímos las rosquillas.
Podemos espolvorear con azúcar glas o normal.
Os dejo el enlace a al revista FUSION ASTURIAS
Me ha encantado éste artículo con foto vintage chulísima incluida y la receta es de 10 , gracias