Ni es una cebolla ni es un ajo, aunque nos recuerde a uno y a otra por forma y por piel la chalota es chalota, y hoy la vamos a descubrir, para cuando en algunas recetas os ponga usar chalota sepáis porque esto y no vale cebolla.
Vale sí, nace en la tierra y se parece así en sabor y olor también al ajo y a la cebolla, como una mezcla de ellos, asi por su mezcla dulce y picante, pero como decía antes este vegetal no es ni parecido, aunque pertenezca a su familia, nos dará un toque genial en guisos y ensaladas, y es indispensable en cocina mediterránea y asiática.
¿Qué es la chalota?
La chalota es un bulbo conocido también como echalote, carlota, chalote o escaloña, de la familia de las aliáceas, igual que la cebolla, la cebolleta, el ajo o el puerro, de hecho, muchos la consideran una variante de la cebolla, pero su formación es parecida a la del ajo. A diferencia de la cebolla común que suele generar un bulbo por planta, la chalota puede llegar a tener entre tres y seis. Tiene también un sabor más aromático, con tonos picantes y ligeramente dulce.
Su forma es pequeña alargada y su piel es roja con un interior violáceo o cobre y el interiro blanco, su textura es firme y suave.
LLegó de Oriente Medio para quedarse, concretamente es oriunda de las orillas del mar Mediterráneo en Israel, y se afincó en nuestra cocina mediterránea sobretodo en la francesa, aunque se usa mucho en Asia, donde no solo valoran su sabor si no que valoran sus propiedades medicinales y nutricionales
Propiedades nutricionales:
Es rica en compuestos flavonoides y polifenólicos, lo que la convierte en uno de los mejores alimentos para reducir los efectos de los radicales libres, fortalecer el sistema inmunológico y prevenir varias enfermedades crónicas.
Además es un gran aliado para luchar contra el colesterol y un mejora el funcionamiento del sistema circulatorio, lo que ayuda a reducir la presión arterial alta y prevenir la aterosclerosis.
Nos ayuda a evitar problemas con el sobrepeso gracias a que ayuda a evitar la acumulación de grasas, asi como es mas digestiva y ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre.
Y si esto fuera poco... tiene propiedades antihistamínicas, antiinflamatorias y antioxidantes, así como también ayuda a combatir las infecciones causadas por virus, bacterias e incluso por hongos comunes como la Cándida. A su vez, sus elementos antioxidantes, la convierte en una gran aliada contra resfriados o catarros.
También contiene fibra, además de vitamina A, B6, C y ácido fólico, así como minerales esenciales como el potasio, el calcio, el fósforo, el magnesio, el manganeso, hierro y zinc entre otros.
Vamos que es un chollo estas Chalotas
Usos alimentarios:
Su sabor tan característico hace que podamos usarla tanto en crudo como en cocinado, pero sobretodo en crudo donde nos dará un toque diferente con un tonillo picantito pero fino, queda genial con tomates y olivas negras y en ensaladas.
Se puede añadir a guisos, sopas y asados de carne o pescado un toque diferente. También, una de las mejores maneras de consumirla es solas o con patatas, dorándolas o caramelizándolas durante unos 10 minutos a fuego suave, con lo que pueden servir como topping para otras recetas, como carnes o pollo a la plancha.
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