El 31 de octubre es Halloween, festividad de origen anglosajón donde reina la calabaza, aunque Halloween es una costumbre arraigada en Estados Unidos, Escocia e Irlanda, ha llegado a muchos países del mundo su esencia.
pero porqué una calabaza y no un pepino, porque la luz dentro de ella de una vela.... investiguemos.
Cuenta una antigua leyenda irlandesa, que los celtas celebraban la fiesta del Samhain para celebrar la llegada de su nuevo año el día 31 de octubre, coincidiendo con el final de la temporada de cosecha. Se creía que esa noche los espíritus de los muertos regresaban y paseaban entre los vivos, y más de uno lo hacía en un modo maligno por no llamarlo cabr,,,,.
Entre las costumbres existentes para ahuyentar esos malos espíritus estaba la de vaciar nabos y colocar velas en su interior. Tampoco faltaban las ofrendas de todo tipo, algunas de sangre, que pasaron a mejor vida cuando los romanos descubrieron lo que consideraban una barbaridad, si has leído bien los romanos, los mismos que bebían sangre de sus gladiadores asesinados, tenían circos con fieras y crucificaban y daban latigazos a diestro y siniestro jeje . En su lugar, el imperio aprovechó la fecha para imponer la festividad de Pomona, diosa de la abundancia, con la que dar gracias por los frutos obtenidos durante el tiempo de cosecha.
Y llego el cristianismo, en el siglo VII, y como no, trato de imponer sus propias festividades para acabar con las tradiciones paganas. Bonifacio IV empezaría declarando el 13 de mayo como Día de Todos los Santos, coincidiendo con la festividad romana de los Lemuria, cuando se honraba a los muertos. Un par de siglos después Gregorio IV trasladaría la festividad al 1 de noviembre para competir con la todavía existente fiesta pagana del Samhain.
Lo cierto es que fueron los irlandeses que emigraron a Estados Unidos a mediados del siglo XIX quienes retomaron aquella vieja y pagana tradición del Samhain, y lo hicieron recuperando la costumbre de vaciar y decorar nabos, pero a su manera. El excedente de calabaza durante aquellos años hizo cambiar una hortaliza por otra, y la imaginación y creatividad de aquellos irlandeses emigrados al decorarlas con su característico y tenebroso aspecto terminó por convertirlas en el símbolo que conocemos. La costumbre de celebrar Halloween arraigó con fuerza suficiente en Estados Unidos, tanta como para dar pie a nuevas historias como la de Jack-o'-lantern
Pero quien es este tal Jack-o'-lantern
La versión más extendida de la historia, pues no faltan adaptaciones de todo tipo, cuenta que el diablo fue a buscar a un granjero tacaño y mentiroso que solía estafar a sus vecinos llamado Stingy Jack. Sin embargo, el astuto granjero logró atraparlo usando una cruz y conseguir 10 años más de margen a cambio de su liberación. La historia se repite una década después cuando Jack logra subir al diablo a un manzano. El acuerdo para una nueva liberación consiste en que el diablo jamás volvería a por el alma de Jack.
Pasados los años Jack murió y fue rechazado en el cielo, por lo que tuvo que dirigirse al infierno. Allí, como venganza, el diablo lo rechazó y condenó a deambular por el oscuro purgatorio sin rumbo, lanzándole una brasa que “nunca dejaría de arder” como burla, que Jack metió dentro de un nabo para fabricar un farol y alumbrar el camino hasta encontrar un lugar donde poder descansar eternamente.
Las populares calabazas de Halloween talladas hacen referencia a la leyenda reciente y extendida de Jack-o'-lantern, que significa “el farol de Jack” o "Jack el del farol". La idea es la de representar la cara de Jack en travesía a través del purgatorio. Parte de la tradición cuenta que se deben encender en la víspera y poner en las ventanas de las casas para guiar las almas buenas y ahuyentar los malos espíritus o el diablo.
La costumbre de tallar hortalizas y vegetales para crear faroles existe desde hace mucho tiempo en Gran Bretaña e Irlanda. Sin embargo su relación con Halloween es mucho más reciente. Solo a partir de la primera mitad del siglo XIX estos faroles comenzaron a recibir esa denominación, y solo a a partir de la segunda mitad de aquel siglo empezaron realmente a ser parte de Halloween con el significado que hoy conocemos. En la actualidad crear una calabaza de Halloween resulta ser una actividad ideal para realizar con los más pequeños de la casa, de manera que además de disfrutar de un buen rato en compañía se consigue un tétrico y espectacular elemento decorativo.
Las calabazas de Halloween se cultivan durante el verano para que la cosecha se produzca en otoño, que es cuando más se consumen. La variedad que se utiliza se llama etample o Halloween y, aunque se cultiva en muchos lugares, es una variedad francesa que se usa en la cocina y como decoración del hogar. Al ser de gran dimensión, se puede tallar a mano para formar un rostro que dé la sensación terrorífica que todos conocemos, su principal uso pero no el único. Si la usas para decorar luego no la tires, úsala como compost o dásela alguien con huerta, te lo agradecerá. Y por supuesto si la vacías para hacer a Jack usa el relleno para cocinar, sea una crema de calabaza, un brownie, una tarta o un flan.
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