Ingredientes:
700 g de patatas
2 huevos
Harina
1 cebolla
2 ajos
150 ml de vino blanco
500 ml de caldo de carne
Azafrán en hebra
Perejil
Aceite
Sal
Elaboración:
Pelamos las patatas, las lavamos y las cortamos en rodajas de 1 cm aproximadamente.
Picamos la cebolla y el ajo lo más fino posible, yo aquí uso mi robot de cocina, batimos los huevos, sazonamos levemente las patatas y las rebozamos en harina y luego por los huevos.
Las freímos en una sartén con aceite por los dos lados hasta que estén doradas, las sacamos y las dejamos escurrir sobre papel de cocina para quitar el aceite que sobre.
Sofreímos el ajo y la cebolla en una cazuela baja y amplia donde luego nos entren todas las patatas, a fuego medio, leas añadimos el azafrán tostado y el vino blanco, cocinamos un poco así hasta que se evapore el vino, echamos el caldo y cocinamos a fuego suave unos 10 minutos, agregamos las patatas y cocinamos suave durante unos 20 minutos, mientras aprovechamos para tostar el azafrán y picar el perejil, lo echamos por encima de las patatas y cocinamos dando meneos a la cazuela sin introducir una cuchara ni nada para evitar que se rompan.
Con una brocheta de cocina pinchamos suave sobre las patatas para ver si están ya guisadas y tiernas.
Podemos añadirle por hacer la gracia un poco de jamón picado y huevo cocido, pero eso es hacer la gracia porque no hace falta (aunque a mí, reconozco que me encanta) Las servimos calientes, que se tengan que soplar con caldo y si es posible un buen pan y un buen vino y a disfrutar.
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