Cocinar con un olla de cocción lenta o slow cooking es una alternativa mucho más saludable que recurrir a una cocina rápida, en la que muchas veces sobrecargamos de alimentos ultra-procesados. Al cocinar de manera tradicional, controlamos los alimentos a la perfección.
Otra de las ventajas es que como estamos cocinando bien, reducimos enormemente el consumo de sal, de grasas, de aditivos como pastillas de caldo que vamos echando para que tenga mas sabor, ya que la comida se cocina en su propio jugo y potencia el sabor de esta, ¡no abusamos ni del aceite con esta cocina!
Otra ventaja, la encontramos en que al ir cogiendo la temperatura de manera gradual y lentamente, los nutrientes de dichos alimentos no sufren alteraciones, esto hace que aprovechemos al máximo las vitaminas, ácidos grasos y aminoácidos esenciales.
Y como no esta forma de cocinar se suma a la tendencia RealFooding tan de moda últimamente que además de otras muchas cosas se apoya en la cocina con consciencia de toda la vida, donde se consumían los productos frescos de cada temporada, cocinándolos de manera respetuosa para el medio ambiente y para nuestra economía, ya que los productos en su temporada son más baratos que fuera de ella y nos aportan todo lo mejor de ellos, evitando las conservas como decimos o productos que no son de proximidad y pueden alterarse su forma en las largas travesías en neveras frigoríficas.
Poco a poco en este blog iremos elaborando diferentes recetas de todo tipo, y veremos como las cantidades de sal, aceite, grasas etc son irrisorias y no usaremos botes de... latas de.... pero si usaremos botes para conservar al vacío nuestras elaboraciones.
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